Porque los maestros tienen tanta influencia, Dios los juzgará con más severidad (Santiago 3:1). También, el Señor Jesús dijo que como conocemos un árbol por su fruto, de la misma manera, podemos conocer a los maestros religiosos por sus frutos (Mateo 7:15–20). Estas palabras del Señor Jesús son a la vez sencillas y profundas. La mejor manera de reconocer un árbol no es por sus hojas ni por su corteza, sino por el fruto que produzca. La mejor manera de reconocer a un maestro no es por su aspecto ni
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